El dolor a cámara lenta

La última vez que me tocaste había sombra y fresco, y un sol que no sabía. ¿Es posible sentir a cámara lenta? ¿Se  pueden vivir  situaciones en la vida a cámara lenta? ¿Se aguzan más nuestros sentidos? ¿Adquiere todo una atmósfera diferente?
Llevo días escuchando una canción que me hace vivir a cámara lenta. No es la única, me pasa con otras—algún día hablaré de ellas—, pero hoy necesito poner en pie esto que me pasa con Visions of Gideon, de Sufjan Stevens. La letra es algo críptica, he intentado buscarle un sentido, y lo único que me sugiere su “Is it a video” es la lentitud del dolor, la calma que te da tener roto el corazón y saber, que siempre quedarán algunas grietas en él y eso lo hará más hermoso porque contará su historia.  Como esa bella técnica de cerámica japonesa: kintsugi que permite “arreglar” una pieza rota con una mezcla de polvo de oro.
Stevens ha compuesto tres de las canciones de Call me by your name: Mystery of love, nominada al Óscar a la mejor canción, Visions of Gideon y Futiles devices. Las dos primeras me encogen el corazón, pero la última de ellas,  me hace sentir a cámara lenta.
La canción suena al final de Call me by your name  y, aunque, como siempre, no quiero destripar nada, me estremece profundamente. Porque todos hemos vivido esa situación en nuestras vidas, quizás no con tanta intensidad; pero reconocemos ese hueco en nuestro corazón. Call me by your name es una película que toca en lo más profundo: un amor verdadero, que se cuece con lentitud y que no se olvidará jamás. Todo en la película es sensualidad: los planos nos hacen sentir el verano italiano en todo su esplendor, nos dejamos arrastrar, sentimos la necesidad de estar cerca del otro, de estar pegados, de abandonarnos…
En  ocasiones  vivo a cámara lenta,  siento todo con más intensidad: momentos, ya pasados, y especialmente dolorosos, también alguno feliz.  No olvido ninguno de ellos y hay veces que aparecen cuando cierro los ojos.  Si suena Visions of Gideon, los cierro y pienso en la última vez que me tocaste, también en cómo será la primera, cuando suena Mystery of love.
La sensualidad de la película y del verano me han llevado a pensar en la naranja sanguina, que ahora está tan de moda; porque también tiene grietas, de sangre, que la hacen especial y mucho más interesante, así como el contraste de su piel, y sus colores…
La primera vez que me toques el cielo lucirá azul y limpio y nos dejaremos llevar a cámara lenta.