Alec Soth es un fotógrafo americano nacido en 1969 en el medio oeste, lugar que aparece plasmado insistentemente en sus fotografías. Si hay algo que me gusta de ellas, es la melancolía que desprenden, el ambiente apesadumbrado, taciturno y la posibilidad de imaginar lo que hay detrás de esa imagen, algo inherente al trabajo de este artista. Muchas veces se ha comparado a Soth con los grandes fotógrafos americanos de carretera, es decir, "paseantes" al estilo de Robert Walser, que recorrieron América con sus cámaras en mano: Robert Frank, William Eggleston del que ya hablamos aquí o Stephen Shore.
Aunque la mayoría de su trabajo tiene que ver con la zona oeste de Estados Unidos, lugar donde nació y vive, Soth también hizo un trabajo maravilloso durante los días que pasó en Colombia esperando recibir una adopción. Aquí podéis ver algo de ello; echadle un vistazo: merece la pena.
Esta foto es una imagen de Navidad captada por Alec Soth, en ella podemos encontrar esas dos versiones "navideñas" de las que os hablo, pues Soth capta lo intangible, lo que no tiene una historia o explicación para crear en el observador un misterio que debe resolver. Eso es la fotografía, contar algo sin resultar categórica. Estamos en una sociedad tan llena de contradicciones que somos capaces de celebrar realidades que se niegan mutuamente: celebramos la Navidad compartiendo lo que somos y tenemos; pero a la vez adoramos el consumo en todas sus formas. Es posible que detrás de nuestras buenas intenciones se esconda un carro de la compra repleto de cosas que no necesitamos. Como sugiere la fotografía de Soth.
Estos días no dejan indiferente a nadie: hay gente a la que le encanta la Navidad y otros que, sin ningún tapujo, odian las fiestas, las reuniones y comilonas que tienen lugar estos días. Yo, asumiendo mis contradicciones, a ratos pertenezco a un grupo y a ratos a otro.
Eso sí, hay dos cosas que intento llevar a rajatabla: rodearme de la gente que quiero y me quiere, e intentar comer lo mejor posible. Con esto último no me refiero a ser ostentosa comiendo o sirviendo; sino intentando alimentarme de la manera más sana posible. Por eso, en esta receta he hecho algunas modificaciones de la original: la mantequilla ha sido sustituida por aceite de coco y el azúcar, por panela. El resultado es satisfactorio y está buenísimo. Contadme si lo hacéis y pasad estos días como os apetezca. ¡Disfrutad!