Frutos extraños
«Los huesos de mujer son gráciles» «Aquí estoy, yo no te suelto.» «Y uno se dice —con rabia, con el corazón cubierto de espuma, con celo, con furia, con colmillos— que mejor callar. Que para qué. Que ya está.» «… el hombre termina de cantar y dice que escribió esa canción cuando aún no tenía hijos