Atesoro algunas cosas azules: un anillo espectacular que me regalaron hace unos años, el primer cuenco del taller de cerámica, una pluma de un azul oxidado con una conexión especial y un libro (gracias una vez más, Alfredo) de hace unas semanas, que bien podría ser una joya. Todos estos objetos azules, he dicho atesorar, son valiosos para mí porque tienen significado.
El libro azul también es pequeño, casi cabría “en el bolsillo de un delantal” y no se me ocurre un mejor sitio donde guardarlo, pues es un Diccionario de cocina. Su autor es Alejandro Dumas y está editado maravillosamente como nos tiene acostumbrados Gadir.
El escritor francés, autor de clásicos como Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, reúne aquí pequeñas historias de gastronomía, anécdotas, definiciones y, por supuesto, recetas, muchas recetas de cocina. Podría haber seleccionado varias, pero me he decantado por unos ‘huevos al parmesano’ porque son una delicia para la que sólo necesitamos dos ingredientes: huevos y parmesano.
La cocina nos enseña mucho y algo de eso tiene que ver con la vida, porque la cocina es vida y lo que nos mantiene vivos. Gracias a ella descubrirnos los gustos de una persona, las habilidades o debilidades de otras… También nos ayuda a cuidar a los que queremos, a relajarnos, a evadirnos y a tener fe porque con solo dos simples ingredientes comprendemos la vida a través del sabor: el gusto está en el cerebro y no en la lengua. Quizás en unos años relacionemos estos ‘huevos al parmesano’ y esta precioso libro con el comienzo de una “nueva” y mejor vida, con una historia maravillosa.