Leer, cocinar, hacer fotos…

                

Este espacio comenzó con la intención de reunir tres de las cosas que más me gustan en la vida: leer, cocinar y hacer fotos. Con el tiempo el ángulo se fue abriendo a otros aspectos culturales, que también me apasionan, pero las raíces están ahí y son tres: extensas, profundas y fuertes.
Los libros me han acompañado siempre, la fotografía llegó con la adolescencia y la cocina un poco más tarde. He intentado profundizar en todas estas disciplinas, adentrarme en los entresijos de cada una de ellas y dejar por aquí una muestra de aquello que más me ha llamado la atención o, dicho con sinceridad, aquello que me ha venido bien para expresarme, para decir y escribir aquello que pienso o siento.
Las raíces están siendo mi sostén en estos días difíciles, podría dejar una lista aquí con todo lo que llevo leído, cocinado y fotografiado en estas semanas de cuarentena; pero voy a quedarme con lo más valioso (y, claro, estoy escribiendo en primera persona). ¿Qué es lo más valioso? ¿Es sólo aquello que posee más valor?  Tengo para mí que lo valioso es lo más preciado, lo más interesante, lo que irremediablemente nos arrastra como una gran ola: eso que no podemos evitar y nos vemos abocados a atrapar. Como decía aquel personaje de la maravillosa película El secreto de sus ojos: “El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia…, de novia, de religión, de Dios… Pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín… No puede cambiar de pasión.“ Por eso elegimos unos libros u otros, una recetas u otras. ¿Cómo podemos llegar a darnos cuenta de que queremos hacer algo en nuestra vida? Porque nos gusta, porque nos apasiona.
Me gusta mucho Umbral, me gusta Valentín Puig, me gusta el brócoli,  me gusta hacer fotos y me gustan las personas luminosas y generosas que, en cuanto se percatan de cuales son tus pasiones, no cejan hasta ponerlas al alcance de tus manos; puede que sea porque esa es su pasión. ¡Qué suerte!