¿Cómo se puede interpretar lo inexplicable? ¿Cómo es posible extraer belleza de la más profunda tristeza? Estas son dos preguntas recurrentes que me hago con bastante frecuencia. Me deslumbra la capacidad de algunos artistas para desnudar sus emociones en su trabajo, en su obra.
Esto es lo que hace Catherine Meurisse en La levedad (La légèreté), un cómic en el que la autora intenta liberarse de todo su sufrimiento, extraer algo bueno de todo eso. Eso es el atentado que tuvo lugar en Charlie Hebdo el siete de enero del 2015, eso es el desengaño amoroso que la llevó a quedarse dormida esa terrible mañana, también es el atentado de Bataclan: la sensación de estar atrapada en el infierno. Lo maravilloso es que sale de ese oscuro lugar y lo hace cuando se abandona a la belleza, a La Gran Belleza: se marcha a Italia donde se «autoprovoca»un síndrome de Sthendal, entonces sus dibujos se llenan de color, luz y esperanza.
También es importante el humor, ahora sí, la ligereza con uno mismo, con lo que nos afecta, redimirse haciendo alguna locura, para finalmente caer rendida a la belleza. Cuesta trabajo analizar lo que no se puede explicar, buscar soluciones a algo que, aunque nos empeñemos, no las tiene; sólo nos queda intentar acercarnos al dolor de Meurisse leyendo y observando detenidamente esta viñetas llenas de sufrimiento, pero también de fe y esperanza. Porque la belleza siempre es lo que nos salva.
Por eso la receta de hoy es un batido ligero, que nos de energía para afrontar la “cuesta de enero” pero que nos haga livianos, como el aire que arrastra las últimas hojas del otoño. Sé por experiencia que «lo que dijimos nos persigue» y como ya escribí alguna vez en este mismo espacio: «Para volar necesitamos ir “ligeros de equipaje”, ser fuertes, ágiles, livianos y continuar volando, agitando nuestra alas como la victoria del Louvre, contra viento y marea. Por eso la receta de hoy es puro aire, un suspiro, un “soplo”, un viento. ¿No deberíamos alimentarnos con la ligereza del aire? Una textura sutil y etérea para seguir adelante, sin prisas pero sin pausas.».