¿Qué le pido a la vida?
A veces para empezar a escribir lo único que necesito es una chispa, un soplo de luz que prenda la mecha. Si eso ocurre, se desbordan las palabras y la ideas, me entusiasmo y no hay quien me pare (me suele pasar con otras cosas de la vida: una vez coges carrerilla…). El otro día